
Iré directo al grano: ¿quieres saber cuál es la clave para escribir contenidos que gusten a tus clientes y a Google por igual?
Conocer a tus usuarios.
En esas cuatro palabras recae el éxito de tu blog o de los artículos que generes para tu empresa. Si no sabes a quién te estás dirigiendo, no puedes ofrecerle contenidos con el suficiente valor como para que se pare a leerlos. Y quieres que te lean, ¿verdad?
Aunque suene sencillo, no lo es en absoluto. Y tampoco es rápido. Si quieres hacer un buen trabajo, debes informarte, investigar y ser muy minucioso. Adáptate a tus usuarios, a sus gustos y necesidades. El posicionamiento en Google no debe ser tu prioridad o tus seguidores lo notarán… y no será una experiencia positiva.
No juegues al escondite: tienes que ser fácil de encontrar
Teniendo en cuenta que cada vez que buscas un término en Google aparecen miles y miles de resultados, la posición que ocupa tu artículo dentro del buscador es algo a tener muy en cuenta.
Sin embargo, esto no es escusa para que todo tu trabajo se vuelque en hacer feliz a Google. ¿De qué te serviría posicionar un artículo que nadie va a querer leer?
Te daré algunos tips que te ayudarán a escalar puestos en los buscadores en los que aparezcas, pero ojo: no abuses porque te arriesgas a ser penalizado duramente. A Google no se le escapa nada. Nunca. No lo olvides.
Ojo con los títulos.
Google les presta mucha atención porque marcan la temática del artículo en sí. Es importante que aparezca la keyword (palabra clave) que hayas elegido o, al menos, un sinónimo de ella.
Por otra parte, también tienes que estar atento a los títulos SEO (H1, H2, H3…). Mantén el orden descendente y tenlos siempre muy en cuenta. Si en ellos incluyes también tu keyword, mejor.
Optimiza la URL de tu artículo.
Lo ideal es que sea corta, que contenga la keyword que estás trabajando y que sea coherente. Nada de palabras sueltas sin ningún tipo de conexión o de escribir “en indio”.
¿Cuántas veces puedes incluir tu palabra clave en el texto?
Es muy importante no abusar de las keywords cuando escribas tu artículo, ya que Google te penalizaría por ello. No existe una “densidad ideal” de palabras clave en un texto, ya que varía en función de diversos factores, como la temática del artículo, por ejemplo. Sin embargo, lo ideal es que no llegue nunca al 3% por artículo.
Resaltar con negritas, cursivas y subrayados.
Usa estos recursos con moderación. Es preferible aplicarlos a frases, no a palabras sueltas. Tampoco a párrafos enteros, es mejor no exagerar.
Enlaces externos.
Incluirlos puede ayudarte a posicionar tu artículo siempre que aporten información extra, remitan a la web principal del tema del que estás hablando o no sean webs de dudosa reputación.
Incluye contenido multimedia.
Esto ayudará a facilitar la lectura, retendrá (en teoría) más tiempo al lector y aportará valor que mejorará el posicionamiento del artículo. Esto es altamente recomendable, pero volvemos a advertirte: con moderación.
¡No te olvides de optimizar las imágenes!
Cuando incluyas una fotografía, infografía o cualquier otra imagen dentro de tu artículo, no te olvides de ponerles un atributo ALT (Texto Alternativo en WordPress). Aquí tienes que incluir también tu palabra clave de forma orgánica (es decir, formando una frase comprensible).
Enamora a tu usuario con contenido de calidad
Aunque te haya contado primero cómo hacerte el mejor amigo de Google, nada de lo dicho sirve si no escribes contenidos que aporten valor a tus usuarios. Ya puede ser un artículo con una optimización de libro, que si a tus seguidores no les gusta lo que escribes, no hay nada que hacer.
Como te decía al principio, lo primero y fundamental es conocer a tus usuarios para saber qué les gusta y les interesa, cómo piensan, qué formatos prefieren… No es lo mismo escribir para mujeres de 45 años apasionadas de la moda que para chicos adolescentes interesados en videojuegos.
Podrás imaginarte que, dependiendo de los arquetipos de usuario a los que te dirijas, tus publicaciones deberán poseer un tono u otro. Si volvemos al ejemplo anterior, es más probable que una mujer de 45 años se pare a leer un artículo de mayor longitud si le interesa la temática, mientras que un adolescente preferirá escritos más cortos aderezados con elementos visuales llamativos.
Tampoco es demasiado conveniente (salvo que se trate de un blog sobre temas muy específicos y dirigido a profesionales de un sector) que escribas con demasiados tecnicismos y de forma enrevesada. No asumas que el lector conoce el tema o el contexto en el que lo centras, por lo que cuanto más expliques, mejor. Haz que la información que das sea fácil de recordar, de compartir y, si eres capaz de generar debate, ¡mejor que mejor!
Por cierto: creo que sobra decirlo, pero no escribas sobre un tema que no conoces o sobre el que no has investigado. Documéntate bien y sé veraz para ganar la confianza de tus usuarios y evitar penalizaciones de Google.
Así que ya sabes: busca siempre el equilibrio en tus publicaciones para contentar a tus usuarios sin dejar a Google de lado. Ambos te lo agradecerán y tu producto funcionará mucho mejor, a la vez que aumenta el engagement con tus usuarios.